Porque hoy es ese día.
De repente me acabo de dar cuenta del día que es hoy, ni más ni menos que el 70 aniversario de la muerte de Durruti. Será porque casi no veo la tele pero no he notado nada especial, ninguna conmemoración. No se si la merecía, para gustos los colores. Pero estando tan de moda como están tampoco pasaría nada, ¿verdad?, o quizás si. Si por lo menos hubiese imágenes la oposición las habría puesto en su vídeo sobre inseguridad ciudadana, pero ni eso.
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El caso es que viene muy a cuento, se han dado muchas casualidades estos días, ayer estuve en Ávila y vi el dedo "incorrupto" de Sta. Teresa. Incorrupto ha perdido ya todo el sentido para mi, joder. De repente recordé que alguien contó una vez que el inn lo tenía en su mesilla de noche, vamos que prácticamente dormía con eso. Y sí, es tarde para preguntarle a la Polo para que lo usaban. Y no es que quiera pensar mal, cuidadoooo.
Además he estado en Salamanca, donde hace poco ha surgido un "movimiento" cuyo objetivo es retirar al inn su doctorado Honoris Causa, con lo que le costó. Una tontería más de los que quieren borrar la historia de un plumazo. No, no es broma, mucha gente piensa así, y como somos todos muy tolerantes. Como dice una canción de Silvio Rodríguez, la tolerancia es la pasión de los inquisidores.
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Y que conste que no seré yo quien defienda a la otra parte del dueto. Según mi abuela (que es la responsable del nombre de este blog), la Pasionaria , al más puro estilo Bush, fue la última en negarle el perdón a su hermano, un chaval de 15 años, condenado a muerte por encerrarse a tiros en la sede de la falange.
En resumen, que no todos somos iguales, por lo menos no cuando se habla de maldad, algunos somos más malos que otros. Como muestra un botón, al final de la guerra había un millón de almas menos, sin contar represaliados, exiliados, presos políticos, "ajusticiados" y durante 70 años escondidos, los muertos también. Hubo malos en todos lados, claro, pero hubo uno muy malo, pero mucho, o por lo menos eso me han contado.
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