Chinotopía miente
Me duele tener que hacer esto, eso que vaya por delante, pero ante el evidente giro de chinotopía creo que estoy en la obligación moral de hacerlo. Es un hecho que dicho espacio se ha convertido en un folletín sin sentido y un arma propagandista de la más falaz equidistancia. Los títulos de las últimas entradas lo dicen todo, si no atención al siguiente "Respuesta a Tarmin, que insiste en la trola".
Así que me dispongo a defenderme desde ahora en adelante desde esparaván, un auténtico espacio de libertad donde las respuestas a las opiniones se hacen y se seguirán haciendo donde corresponde y no se utilizará la mentira para responder a base de entradas.
Después de pasar horas haciendo un dossier sobre los crispadillos de oro y otro más sobre descalificaciones de Savater, que junto a Fernando Sánchez Dragó parecen ser los referentes morales y/o políticos de la innombrable web, he decidido que no merece la pena. Mi tiempo vale demasiado para perderlo recopilando información de ese nivel, más ahora que tengo que buscar un nuevo curro.
El que no quiera entender que Savater no es, al menos para mi, un referente a la hora de permitir la discrepancia y que citarlo por esto de "En este país no se puede decir yo opino, sino yo repito" es una falacia más, es libre de hacerlo. Pero a las pruebas me remito todo aquel que no piensa como él en el tema de la violencia etarra es descalificado de la forma más asquerosa. Y, si Chino M. en efecto, es cierto que no lo hace con palabras malsonantes, pero usa ese tono del intelectual superior para descalificar las opiniones de los demás, en cuyo contexto un mequetrefe es más dañino que un bastardo, un cabrón o cualquier otro insulto que seguramente a Él le parecerán zafios.
Crispadillos de oro, esa es otra. Puesto que uno de los objetivos de esa página es mostrar la equidistancia que su autor mantiene entre PP y PSOE cada vez, y atención que digo cada vez, que otorga uno de estos crispadillos a algún destacado miembro de las derechas-reformistas de este país acaba achacando los mismos males a algún otro representante del bloque mediático opuesto o del partido del gobierno. Especialmente asquerosos son los símiles entre JJ Millás-F. Jiménez Losantos y del dúo Astarloa-Pemán con M. Hernández-Alberti. Más bien da la sensación de que a veces intenta no parecer demasiado centro-reformista pero finalmente siempre se le acaba viendo el plumero de su formación mariana.
Sin más animo de incidir en la polémica conmino al chinótopo (manda huevos si, pero es así como se llama a si mismo), a que termine de una vez por todas con esta absurda polémica que mantiene con Iñaki Gabilondo, y que dedique más tiempo a retocar las fotografías que nos muestra y a hablarnos sobre sus alumnos y alumnas y sobre su su estancia en el lejano oriente.